JOSÉ ANTONIO CORDÓN GARCÍA
Universidad de Salamanca, España
jcordon@usal.es
Resumen
El desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación en los últimos cinco años ha provocado un cambio profundo en las prácticas de lectura y en los soportes en los que se efectúa esta, dando lugar a la aparición de una línea de investigación novedosa vinculada con los procesos implicados en la lectura digital.
La Fundación Germán Sánchez Ruipérez, con el desarrollo de su pionero programa
Territorio Ebook, ha representado un elemento clave para la exploración de este nuevo escenario. En el artículo se analizan algunos de sus principales resultados y se comparan con otras investigaciones desarrolladas en Europa principalmente.
Introducción
Desde sus inicios la FGSR impulsa una intensa actividad en el desarrollo de un nuevo concepto de biblioteca, articulando un modelo abierto, dinámico, con espacios atractivos y sugerentes, al encuentro del usuario allí donde se encuentre (hospitales, escuelas, barrios, etc.), de un concepto de lectura activo, con la elaboración de un completo programa de promoción de la misma, de nuevos perfiles profesionales, con la configuración de un elenco de cursos, conferencias y encuentros especializados sin precedentes en España y, finalmente, de un programa de investigación fundamentado en tres factores determinantes para el mundo del libro en general y el de las bibliotecas y la lectura en particular: un centro de documentación modélico, unas colecciones de obras especializadas que durante muchos años constituyeron el referente de las publicaciones sobre el mundo del libro en el ámbito español y latinoamericano, y el diseño de un conjunto de investigaciones sobre el comportamiento de los distintos eslabones de la cadena de creación, distribución y recepción del libro que constituyen un referente a nivel internacional, con la traducción de las principales obras sobre el mundo de las bibliotecas y el libro existentes en el mundo y con la publicación de obras originales de los principales especialistas en la materia.
Estos antecedentes dan fe de una preocupación y una inquietud permanente por diagnosticar la situación de las bibliotecas, de la lectura y de los lectores y acometer soluciones que sirvan para situarlos en el momento actual, conscientes del papel fundamental que desempeñan las bibliotecas en las sociedades contemporáneas, de su importancia desde el punto de vista cultural, económico y social
La lectura digital. Un cambio de tendencia en los patrones de comportamiento del público lector.
En el informe sobre el libro digital en España publicado por El Observatorio de la Lectura y el Libro (2016) se pone de manifiesto el fenómeno, ya constatado en años anteriores, del crecimiento de la edición digital en nuestro país, al igual que ocurre en el resto de los países del mundo. Según éste el 72,5% de editoriales publica actualmente libros electrónicos, cifra que es superior a la recogida en 2014, que llegaba solo al 68%. Por otra parte, un 11% de las que no cuenta con ebooks planea integrarlos en su oferta en los próximos 2 años. Otro dato interesante, que da fe de esta progresión, es que el 62,1% de las editoriales señaló que tiene publicado menos del 50% de su catálogo. Las editoriales que ofrecen la totalidad de su catálogo en digital representan tan solo el 12,6%. Según estos datos la progresión del sector en la hoja de ruta digital reviste aun un carácter ambivalente, en el que la voluntad de iniciar el recorrido por este nuevo entorno no siempre se concilia con los datos de la práctica editorial.
De cualquier modo, durante estos últimos años, el ecosistema del libro ha experimentado un cambio radical en todos sus elementos, de tal manera que se cuestionan los eslabones tradicionales de la cadena editorial : la función del editor como intermediario y garante de la calidad formal y conceptual de los contenidos, articulador de colecciones que le confieran coherencia a una economía de prototipos, el papel de las librerías como núcleos de acceso al libro impreso, el papel de las bibliotecas como sitios de salvaguarda y categorización del saber, los derechos asociados a la función de autor y su dimensión económica, con la crisis del copyright y de la propiedad intelectual, la crisis de los intermediarios obligados a reinventarse e idear nuevas estructuras que les permitan sobrevivir en el contexto digital, en el que se está articulando una nueva cultura resultante de una economía del intercambio, de la colaboración, de la reputación, de la interactividad y de la integración, y en el que se ha producido la fractura digital con los nuevos lectores cada vez más acostumbrado al uso de la lectura electrónica. Una fractura digital que se manifiesta principalmente en el uso y popularidad de dispositivos de lectura nuevos, como smartphones y tablets, que favorecen el desarrollo de formas de escritura y lectura adaptadas a ellos.
Las bibliotecas se encuentran en un momento de transición en el que las tecnologías de la información conforman realidades en permanente transformación (Alonso et al, 2016). La renovación tecnológica provoca una grave asincronía entre la evolución de la misma y su asimilación social. El libro se convierte en un territorio documental nuevo, en un lugar de encuentro de lectores y autores, donde los metadatos, los algoritmos de búsqueda y los sistemas de descubrimiento se erigen en plataformas de un nuevo ecosistema que tiene al lector como elemento central del mismo. El propio concepto de libro ha experimentado un cambio radical (Alonso; Cordon, 2015) en el que la importancia se desplaza del objeto al contenido, y aunque autores como Chartier (2006) o McKenzie (2005), así como otros estudiosos de la sociología de los textos, demostraran que las formas también producen sentido, este se va debilitando en beneficio de un contenido multiforme, ideado para un lector ubicado en un sistema tecnológico itinerante y permanentemente renovado, un lector ubicuo para el que la tecnología es cada vez más transparente y los conceptos que le afectan son los de accesibilidad, interoperabilidad y sociabilidad.
En este contexto, el desafío radicaba en analizar el proceso de transformación del blector en virtud de las nuevas características que se iban configurando en el acceso a los contenidos digitales, de las cuales han ido dando fe numerosos estudios y artículos en revistas especializadas internacionales, pero con poca incidencia en el caso español. Fue la Fundación Germán Sánchez Ruipérez una de las primeras instituciones en percibir la importancia del cambio que se estaba produciendo y en plantear iniciativas que analizaran su impacto y proyecciones futuras, tanto desde el punto de vista de la transformación del lector, como desde el de la necesaria adaptación de las bibliotecas al nuevo entorno que se estaba generando.
Un programa pionero en España y en Europa. Territorio Ebook.
Cuando los libros electrónicos contaban con una escasa andadura, y una pequeñarepercusión en el ámbito español, la Fundación Germán Sánchez Ruipérez lanza su programa Territorio Ebook, (2009) con la intención de analizar la incidencia de los nuevos soportes y dispositivos de lectura en el ámbito de las bibliotecas y de los usuarios de las mismas. Visto desde la distancia no deja de resultar sorprendente la precocidad de esta iniciativa, tanto a nivel nacional como internacional. Hay que tener en cuenta que las tablets todavía no existían, Apple lanzaría el Ipad en 2010, y los primeros dispositivos
Android saldrían al mercado posteriormente. La tinta electrónica comenzaba su andadura comercial, con escasos dispositivos disponibles y a unos precios muy elevados. La oferta digital era casi inexistente, excepto unas pocas empresas lanzadas a la innovación y experimentación con nuevos soportes, el sector editorial aún no había percibido la importancia del cambio que se estaba produciendo a nivel global. En España el fenómeno de la lectura digital se había incorporado a los estudios que venía realizando el Ministerio de Cultura y la Federación de Gremios de Editores, a través de la publicación Hábitos de Lectura y Compra de Libros (hoy desgraciada e incomprensiblemente desaparecida después de dos décadas de andadura), sólo dos años antes, con el significativo epígrafe de LaLectura e Internet, pues lo singular del fenómeno estudiado era el hecho de que la gente utilizara la red para desarrollar actividades relacionadas con la lectura, contemplada como un ejercicio que se realizaba a través de la pantalla del ordenador. En 2009 solo un 10,1% de los usuarios de Internet compraban libros a través de la red (13,3% entre los lectores y un 2,8% entre los no lectores) no necesariamente digitales. Pero lo más sobresaliente es que, cuando se trataba de leer, más de un 80% leía directamente en pantalla y un 15% ¡!! los imprimía! En el informe publicado en 2011 sobre los hábitos de lectura del año 2010 se introduce ya el epígrafe sobre Lectura en soporte digital, incluyendo otros soportes distintos del ordenador. Pues bien, para ese año solo el 1,3% de la población utiliza un e-reader para leer.
Estos datos pueden constituir una muestra de la arriesgada clarividencia de la FGSR para la puesta en marcha de un programa que apostaba por formas de lectura todavía experimentales y con escaso nivel de desarrollo, sometidas siempre a la contingencia del fracaso, como había ocurrido en los años de transición del siglo XX al XXI cuando tantas empresas que apostaron por lo digital acabaron feneciendo (Cordón; Gómez, Arévalo, 2011).
La idea de crear una etnografía de los lectores digitales que abarcara a todos los sectores de edad partía por lo tanto de una situación incierta, por las condiciones poco favorables para su desarrollo, y podía estar abocada a un intento más de creación de futuribles con escaso recorrido. Sin embargo, cinco años después del comienzo de este programa ya se puede valorar como uno de los grandes aciertos de la investigación sobre la migración digital en España. Territorio ebook nacía con tres 3 programas: Escuela (proyecto dedos) Biblioteca (5 investigaciones) y universidad (favorecer los encuentros, jornadas, etc.) Los fundamentos del mismo los podemos resumir en:
- Planificación modular adecuada, encarnada en la programación de las investigaciones según diferentes grupos de edad y diferentes dispositivos de lectura. Esto ha permitido analizar las prácticas de lectura de más de 300 lectores de entre 9 y 75 años, empleando para ello tanto lectores de tinta electrónica como Tablets.
- Incorporación paulatina de elementos de innovación tecnológica y social, como la incidencia que las redes sociales puedan tener en el desarrollo de conversaciones e iniciativas en torno a la lectura, articulando para ellos programas con el empleo de Twitter, Facebook y aplicaciones de lectura social como Readmill.
- Fuerte imbricación del binomio formación-investigación. Una de las aportaciones de este programa ha sido la demostración de que la formación constituía un elemento sustancial para el desarrollo de la lectura digital y que las variables relacionadas con la apropiación de los dispositivos y la comprensión lectora podían estar estrechamente relacionadas con la misma. La colaboración del personal de la FGSR y de diferentes grupos de investigación de la Universidad de Salamanca ha permitido conformar equipos de trabajo con el necesario contrapunto y complementariedad para la gestación de propuestas de trabajo innovadoras pero realistas.
- Desarrollo de herramientas metodológicas y procedimentales adaptadas a los usuarios y los investigadores, según el contexto y los objetivo de cada investigación o acción formativa, estableciendo modelos extrapolables a otros contextos.
- Desarrollo de actividades de encuentro y dinamización de relaciones entre los actores implicados en el nuevo ecosistema digital.
De la Piedra al Ebook
Las investigaciones promovidas por la FGSR comenzaron en febrero de 2010 con
el proyecto De la Piedra al Ebook. 40 lectores mayores de 55 años, socios de la Biblioteca Municipal de Peñaranda de Bracamonte, se enfrentaron a la obra El manuscrito de piedra de Luis García Jambrina, publicado por la editorial Alfaguara.
La obra se leyó en dispositivos de tinta electrónica por un grupo de edad ciertamente heterodoxo. 40 lectores mayores de 55 años se enfrentaban por primera vez en sus vidas con un sistema de lectura completamente nuevo. La singularidad de esta investigación radicaba no solo en los procedimientos, sino en la muestra, pues frente a las interpretaciones al uso que, infundadamente, como demostraron los resultados del estudio, presuponían que los nuevos entornos estaban reservados fundamentalmente para los calificados como Nativos Digitales, la FGSR asumió el reto de probar que los lectores digitales no nacen, sino que se hacen, estableciendo la formación como factor clave para su desarrollo. Esta hipótesis ha derivado, después de varios años de análisis, en un axioma incontrovertible, y en uno de los hallazgos de inevitable presencia en cualquier programa o política de promoción de la lectura digital que se quiera desarrollar.
Otra de las particularidades de esta investigación, es el desarrollo de un conjunto de herramientas complementarias que permiten hacer un seguimiento de la misma e interactuar con los diferentes actores y protagonistas de esta. Al hilo de su lanzamiento se constituyó un Blog: De la Piedra al Ebook, centrado sobre el autor, la novela y los escenarios de la misma, concebido como punto de encuentro y dialogo entre los lectores y el escritor y su obra.
Conclusiones
Concluida la investigación los responsables de la misma afirman: Los mayores de
55 asumieron sin más no estar habituados a las nuevas tecnologías, eran inmigrantes, incluso analfabetos digitales o desconectados y, sin embargo, demostraron buena receptividad, no presentaron las resistencias por todos vaticinadas, buscaron más la eficacia lectora sobre el dispositivo que los aspectos más técnicos como la conectividad, se dejaron acompañar en la lectura y se decantaron sin lugar a dudas por un dispositivo sencillo, que les ofreciera algo que nunca habían imaginado. Son lectores digitales vírgenes, sin aspiraciones tecnológicas, que han alcanzado mucho más de lo que hubieran podido imagina y que han transitado del papel a lo electrónico de una manera asombrosamente natural.
En realidad, no importa si leen en papel o en un dispositivo, lo que importa es el acompañamiento de la biblioteca. (Sánchez, Emilio et. al., 2011)
Fuente: Revista Álabe nº13 enero - junio 2016