“Mujer de ojos brillantes, su estilo es más bien directo y franco y ha ganado ahora la suprema libertad de la lucidez que dan los años vividos, la vitalidad poética de la experiencia”.
“Cositas de las que no se hablan”, el cual reúne, un especial y mágico manojo de poemas, producto de su respirar por la vida y por la experiencia en los diferentes estados del corazón.
Existen personas cuya vocación pareciera haber sido construido por los dioses de las artes, Lily Roos Pacora es uno de estos personajes, porque desde que se inició en el misterioso arte de la escritura poética, estuvo siempre rodeada de personajes que le fueron incentivando directa o indirectamente en su caminar poético. A los ocho años de edad ya era una excelente declamadora, gracias a la enseñanza de su madre doña Lily Pacora Maguiña de Roos
El poemario recientemente publicado: “Cositas de las que no se hablan. Poemas” (Lima: Gaviota Azul Editores, 2015. 140 páginas), es un justo homenaje a una carrera poética silenciosa, impecable y continua que se inició en la paz de su hogar con el apoyo de su familia y en especial de sus padres que supieron encaminarla por los caminos de la creatividad; luego continuo en los salones del colegio San Antonio de Mujeres, donde estudio su primaria.
Como toda niña elegida por los dioses cuando paso a estudiar su secundaria en el Mater Admirabilis, encontró a la profesora ideal Elsa Núñez del Prado que supo descubrir su vacación ayudándola a seguir cultivando su amor por las artes.
Un breve repaso por la obra poética de Lily Roos Pacora, nos dice que escribe una poesía confesional que nos conduce a mirar donde el resto de la gente no mira, en las cosas simples de la vida. Mujer de ojos brillantes, su estilo es más bien directo y franco y ha ganado ahora la suprema libertad de la lucidez que dan los años vividos, la vitalidad poética de la experiencia.
Para saber cuáles son los temas que motivan sus trabajos, descubriremos que se tratan de cositas domésticas, cotidianas; cositas que se viven en el día a día, pero que sin embargo inspiran a la autora a poetizar sobre esos efímeros momentos que no volverán. Al leer sus poemas uno adquiere la conciencia de que todo es finito en esta vida, pero bien sabemos que quedara en el tiempo y el espacio sus tiernos poemas, que le darán la inmortalidad que en el fondo busca.
Estamos de acuerdo con el autor del prólogo el señor José Beltrán Peña, Presidente de la Sociedad Literaria Amantes del País, cuando señala que:
“Cositas de las que no se hablan”, el cual reúne, un especial y mágico manojo de poemas, producto de su respirar por la vida y por la experiencia en los diferentes estados del corazón. Es un poemario multitemático, o sea han sido recreadas varias temáticas y presentados en varios estilos, lo cual ya tiene un positivo valor poético agregado”
Lily Roos le canta al misterio de la poesía, a la vida compartida, al amor de madre, también al padre. El amor y la amistad es otra de sus fuentes de inspiración poética, la solidaridad es parte de su ser, poetiza sobre su orgullo de ser peruana con apellido de gringa. Le canta a las batallas por la salud que libran diariamente las enfermeras; la religión es otro de sus temas favoritos, le canta al tiempo que nada lo detiene.
Lily Roos Pacora antes de ser hija, esposa, madre o abuela es una poetisa a carta cabal y no puede escapar a su destino porque ella seguirá escribiendo hasta el final de sus días. Actualmente viene ofreciendo recitales de poesía en el prestigio Club Social Miraflores que son organizadas por la Sociedad Literaria Amantes del País.
ENIGMA
Hay veces en que pienso,
¿por qué hago lo que hago?
¿qué causa o qué motivo,
me llevan a estar aquí?
De las cosas que en la vida, hice o planeo aún hacer,
solo de algunas soy consciente,
las otras las hago porque sí.
Por ejemplo en este rato,tengo tanto que hacer,
sin embargo y sin enfado,
me siento y me pongo a escribir.
¡Qué relajo!, ¡Qué soltura!
y feliz pronto a dormir.
AMISTAD Y AMOR
Amistad y amor se retaron
Y en el camino del honor se midieron,
Por probar que aquel que triunfara
El amo sería, el otro su siervo.
Al escoger las armas llamaronY a ellas los contendores se fueron,
Pero al llegar ambos las observaron
Y en ese mismo punto se detuvieron.
CAVILANDO
De la suerte que me toca
En este mundo vivir
No me quejo, ni me espanto
La acepto si resistir
Si eché yo misma los dados
Una vez y otra vez
¿De qué he de quejarme ahora
De ellos o de mi altivez?
Y como siempre en la vidaCuando el dolor nos toca y
Mientras el corazón se encoge
Los ojos arriba miran.
Hoy digo: ¡Señor, siento rota
La esperanza de mi vida ¡