Entrevista
“Internet debería abrir las posibilidades para potenciar el aprendizaje en todos los niveles de educación”
Sin embargo observo que muchos jóvenes el día de hoy toman lo primero que ven,sin tomar en cuenta la veracidad o exactitud de la información.
Paul Gallegos Pari es un joven proactivo, disciplinado y metódico, es un atento observador de la actualidad bibliotecológica nacional. Amante de la buena lectura y del pollo a la brasa, Paul va por la vida canturreando melodiosas sayas altiplánicas, que aprendió de su madre.
En la siguiente entrevista Paul Gallegos Pari, hace un análisis profundo de su diario trajinar por los caminos de la información y el conocimiento. Y de cómo la bibliotecología trasciende en su vida profesional y personal.
Paul es un profesional egresado de las aulas de la universidad decana de América, UNMSM, en la especialidad de Bibliotecología y Ciencias de la Información.
Fernando J. Pebe
Cuando egrese de la secundaria en 2012, me tope con la pregunta que se hacen muchos jóvenes al culminar esa etapa de la vida: ¿Qué estudiare ahora? Solo tenía la certeza de que fuera la carrera que escogiera esta tendría que ser universitaria, pues desde pequeño ya me había fijado que tendría que estudiar en una universidad.
Luego de un fugaz interés por la abogacía, la lingüística y la educación, un día mi padre me regalo un manual del postulante que publicó un conocido diario de circulación nacional. En la sección de carreras de humanidades me llamó la atención una carrera, de la cual nunca había escuchado el nombre: Bibliotecología y Ciencias de la Información. Luego de leer la breve descripción de la carrera me encandilo ¡Mis interés se perfilaban más hacia la gestión de la información! Por otra parte descubrí que el mercado laboral era atractivo; casi todos al egresar conseguían un trabajo. Y eso me animó mucho más
-¿De qué promoción eres y qué profesores te han marcado en tu formación académica?
Pertenezco a la base 2005 y egrese en 2010. De los profesores que más recuerdo, se me viene a la mente Alejandro Ponce (que es de la base 93). En ese entonces un joven profesor que dictaba los cursos de “Introducción a las ciencias de la información y bibliotecología” e “Introducción a la documentación” y otros más. Fue nuestra entrada al mundo de la bibliotecología y ciencias de la información.
Ponce era exigente en sus clases y ponía una valla alta en sus exámenes y trabajos para aprobar su asignatura. Por otra parte era un docente preocupado por la realidad nacional del futuro profesional en gestión de información. Siempre nos invitaba a dejar la mediocridad, a esforzarnos cada vez más, a dejar muy en alto el nombre de San Marcos tanto como estudiantes como cuando saliéramos de las aulas. Y por último era un docente erudito y muy leído. Gracias a él reafirme en mi deseo de quedarme en la carrera.
Otro profesor que recuerdo mucho es a Luis Maguiña, egresado de la católica. El me enseñó los cursos de “Tecnología de información” III y IV. Pero a diferencia de otros profesores sus clases tenían un considerable nivel de dificultad, especialmente para aquellos cuyo fuerte no eran las tecnologías de información. Maguiña hacía hincapié en la práctica y que con ello conllevaba al dominio en la programación de lenguajes como HTML, PHP, CSS etc.
Ponce y Maguiña ya no enseñan en las aulas sanmarquinas, sin embargo queda el recuerdo de sus lecciones que llevo hasta el día de hoy.
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Paul pasa sus días entre anaqueles y archivos |
Todavía recuerdo la mañana de inicios de diciembre cuando postulé. Me lleve una sorpresa, pues encontré que estaban postulando una condiscípula de mi base que pertenecía al tercio superior, así como otro compañero de otra base que era muy aplicado. A pesar de todo, trate de dar una buena impresión y me esforcé en la entrevista. Fue ahí donde conocí a Fernando J. Pebe, una conocida figura del ámbito bibliotecológico, bloguero empedernido.
Cuando termine la entrevista y rendí mi examen, pensé que mi suerte estaba echada y que cualquiera de mis dos compañeros ocuparía el puesto solicitado. Que gran sorpresa me lleve cuando ese mismo día en la tarde me llamó Fernando Pebe, anunciándome que había sido elegido para el puesto y que comenzaría a trabajar en febrero de 2009.
Mi estancia en SENATI fue una de las mejores en mis años de practicante. No solo por el estímulo de Fernando Pebe y las facilidades que me brindó, sino también por la sabiduría de los instructores, así como el trato que tuve de mis usuarios. Todavía recuerdo especialmente a uno de ellos, que venía a la biblioteca ¡todos los días!
Preocupado por la forma como buscaban información los usuarios, casi al final de mi estancia, edite un manual para el estudiantado que explicaba algunas maneras de como buscar información en la web 2.0. Envié por electrónico copias a todos los estudiantes que lo solicitasen y distribuí algunas copias en físico a unos pocos afortunados.
-¿Qué te decían en casa sobre la bibliotecología?
A diferencia de algunos colegas, en mi rama familiar paterna y materna no hubo precedente de algún familiar que haya seguido la carrera y mucho menos que haya sido bibliotecario. Era el primero en la familia.
Mis padres estaban a gusto con la carrera que seguía. Consideraban que era afín con los intereses que tenia de pequeño: la lectura de libros y la informática. Siempre sentí respaldo por parte de ellos.
-¿Qué rol debería tener Internet en la educación?
Internet debería abrir las posibilidades para potenciar el aprendizaje en todos los niveles de educación. Sin embargo observo que muchos jóvenes el día de hoy toman lo primero que ven, sin tomar en cuenta la veracidad o exactitud de la información. Por otra parte existen aquellos jóvenes que no saben buscar la información. Ahí entra a actuar el bibliotecólogo quien debe dar pautas para buscar y seleccionar adecuadamente la información.
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Paul y reunión de confraternidad con la promoción |
-¿Qué estás leyendo en estos momentos?
En estos momentos estoy leyendo “La caída de los gigantes” de Ken Follet. Una voluminosa novela que aborda la historia de cinco familias de distintos orígenes en el marco de la primera guerra mundial y la revolución rusa. Estoy por la mitad, sin embargo por cuestiones de trabajo y otros menesteres no estoy avanzando mucho.
En realidad la lectura es mi gran afición luego del cine. Leía desde pequeño los libros que mi familia poseía en casa. Algo curioso es que en la rama familiar paterno siempre hubo un buen número de libros, así lo atestiguan las casas de mis tíos y de mi abuelo. En casa de mis padres fue así. Cuando tuve edad de solventar mis gastos lo primero que se me vino fue comprarme libros, en especial novelas, y así fue organizando una pequeña biblioteca de más de cien títulos.
En realidad la lectura es mi gran afición luego del cine. Leía desde pequeño los libros que mi familia poseía en casa. Algo curioso es que en la rama familiar paterno siempre hubo un buen número de libros, así lo atestiguan las casas de mis tíos y de mi abuelo. En casa de mis padres fue así. Cuando tuve edad de solventar mis gastos lo primero que se me vino fue comprarme libros, en especial novelas, y así fue organizando una pequeña biblioteca de más de cien títulos.
-¿Qué reflexiones te deja estos años de ejercicio profesional?
La práctica hace al maestro. En realidad en las aulas a uno le enseñan las bases para desempeñarnos, pero cuando llega al campo de acción debe investigar, empaparse del tema. Solo así uno podrá desempeñarse adecuadamente. Pero en la realidad no siempre sucede así.
Un buen profesional no debería dejarse seducir por el conformismo, que es como una enfermedad contagiosa que impide a uno desarrollarse e impide desarrollar a la especialidad. Es algo que a veces he notado en algunos colegas. Esperemos que las nuevas generaciones de bibliotecólogos tomen en cuenta esto.
-¿Percibes que ha crecido la cantidad de jóvenes interesados en el conocimiento o piensas lo contrario?
Creo que más bien ha disminuido, pese a tener hoy día herramientas poderosas para acceder rápidamente al conocimiento. Estamos en una generación en que el entretenimiento ocupa un lugar primordial en la vida principalmente de los jóvenes, solo se interesa en el conocimiento cuando se trata de resolver una tarea o un trabajo. Pero intelectualmente pocos jóvenes son vistos ir a una biblioteca o entrar a la web de un repositorio digital fuera de sus actividades académicas. Es un modo de ver las cosas que se da a nivel nacional. Espero que eso pueda revertirse a mediano plazo.
La relación está en saber comprender y respetar las manifestaciones culturales de nuestro país. Si bien es cierto que cada uno tiene gustos distintos debemos identificarnos a nivel exterior con ciertas manifestaciones que nos caractericen, no negarnos. Tenemos una gran riqueza cultural que debemos compartir con el mundo.
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Paul pensando en su novela prometida |
-¿Hasta qué punto sientes que la bibliotecología te ha transformado a ti mismo?
Me ha dado otra visión del mundo, de cómo funciona estos engranajes de la gestión de la información, del papel que tiene la información en las personas y sociedades. No hay suceso o cosa en la cual no vea el papel que la información juega en el desarrollo de los cosas.
Haber estudiado ciencias de la información me ha vuelto más analítico, más observador y ver las cosas desde una perspectiva global siempre enmarcada en la información.
-Finalmente ¿Cuál es tu próximo proyecto?
A nivel personal estoy interesado en escribir una novela que se ambientaría en 1999. ¿Por qué 1999? Porque fue un año en que me sucedieron algunas cosas significativas en mi etapa previa a la adolescencia. La novela abordaría los avatares de dos jóvenes, un escolar de secundaria y un universitario a punto de egresar, cuyas historias se intercalan y tendrían puntos en común en ciertos pasajes. Lo que quiero mostrar es la realidad de la juventud de las clases medias bajas a portas del inicio del nuevo milenio.
En estos momentos estoy en una etapa de pre-producción, con muchas ideas en la mente, perfilando la historia, los personajes. Espero, si el tiempo me lo permite, empezar a escribir el 2016 y tener publicado mi novela en 2019, dado que se cumpliría 20 años de los sucesos ficticios de la novela.
A nivel profesional me gustaría titularme, dado que todavía soy bachiller. Además me gustaría seguir con una maestría concerniente a las tecnologías de información, pues tengo bastante afinidad a ese campo del conocimiento, así como llevar un diplomado en gestión de proyectos.